Perdido.
(Sábado, 12 de noviembre, 2011).
Devastador es el sentimiento que provocas en
mí, un cachito de mi alma se pudre, un poquito dentro de mí zozobra cuando
tengo alguna noticia tuya que no me es agradable. Es increíble el sentimiento
de malestar que provocas dentro de mí, fiebre, mareo, escalofríos y temblores
que me impiden escribir, son síntomas de esta enfermedad que lleva tu nombre.
Ya hace largo tiempo que sufro de “ti”, mis días
se vuelven cada vez más grises, la lluvia empaña cada vez con más frecuencia
los cristales de mis ojos. Cada día hay menos luz, al igual que menos vida en
mi interior.
Cada día…
Cada día más solo, cada día más triste, cada día
más callado, más taciturno, más indolente, más irascible, más cerca de la
muerte.
Ya me cuesta hasta escribir, ya no soy el
mismo…, antes escribía más a menudo era más habitual verme con un bolígrafo y
un trozo de papel y no era algo desacostumbrado levantarme con una ráfaga pródiga
de ideas en medio de la ennegrecida noche, era más frecuente verme soltar
carcajadas y la sonrisa amable de mi cara ha dado paso a el más endurecido y
amargo de los rictus.
Los paseos se han convertido en algo
estresante, millones de ojos se clavan en mí, mi cama ha ocupado el lugar que
antes tenían las calles de mi ciudad, en mi cama me pierdo, entre mis sábanas,
entre mi almohada, entre mis pensamientos…
Aquí, en no más de tres metros cuadrados…, me
pierdo.
1 comentario:
Es muy duro, me gusta como está escrito... y espero que no sea biográfico.
Saludos alemanes,
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