Pequeños placeres:
Beber agua después de haberme tomado una taza de Cola-Cao.
Rascarme la espalda justo en el punto que pica.
Inspirar profundamente llenando mis pulmones de aire.
Mozart.
Caminar por la calle y que me de una fría brisa en la cara.
Tirarme sobre la arena caliente luego de salir del agua.
La sensación de cansancio que me deja la playa.
Hundir mi mano en la arena.
Quedarme hasta que oscurece frente a la orilla del mar.
No oír nada más que las piedrecillas que chocan a retraerse el mar.
Llegar a casa y acostarse en la cama cuando aún está fría.
Una ducha de agua caliente.
Despertarme y sentir que he descansado.
Tener frío en casa y un rayo de sol caliente mis pies en la solana.
Que alguien atuse mi pelo.
Un café bien hecho.
Acariciarme los costados y sentir cosquillitas.
Una buena conversación.
Recordar mi infancia y sonreír.
Reír a carcajadas y llorar.
Sentirme libre...
Sentirme querido.
Ahora cuéntenme los de ustedes.
(Imagen; Playa de las Canteras, Gran Canaria, sacada de Internet, anónima.)
2 comentarios:
Hola Elliot, creo que es dificil añadir mucho más a lo que dices, salvo lo siguiente:
Leer un poema que te acelere el corazón.
Como éste que has escrito.
Un saludo.
Víctor
Jajaja! Genial, lo mismo sería poner:
Y tener admiradores tan buenos como tú!
Muchas gracias, abrazo.
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